Francisco Justo Maderna
Un mártir en la defensa
de Buenos Aires en 1807
El
5 de julio de 1807 se desarrollaron en las calles céntricas de la ciudad de
Buenos Aires una de las más sangrientas luchas contra las tropas invasoras
inglesas comandadas por el teniente general John Whitelocke.
Esta
segunda invasión de las huestes del imperio británico tampoco pudo doblegar la
valentía y el temple de los habitantes de la ciudad, quienes ya se habían
organizado militarmente ante el temor de una nueva acometida.
La
experiencia dejada por la primera invasión de 1806, que culminará con la
heroica reconquista de la ciudad el 12 de agosto de ese año por los milicianos
comandados por don Santiago de Liniers, había sido un poderoso llamado de atención
ante la perspectiva de un nuevo ataque a esta colonia española.
No
entraremos en detalles ante esta segunda invasión, mucho más cruenta que la
anterior. Digamos simplemente que ahora el pueblo había tomado conciencia del
peligro y se había preparado, nuevamente bajo la conducción general de don
Santiago de Liniers.
Se
crearon diversos batallones de cuerpos de veteranos de artillería y de
granaderos, así como batallones de milicianos correspondientes a sus sendos
orígenes de regiones españolas para los naturales de la Península o bien para
los nacidos en Buenos Aires, o para los indios, pardos y morenos.
Las líneas anteriores las hemos volcado para señalar que
el 23 de octubre de 1806, o sea a pocas semanas de la fecha de la Reconquista , se hizo
un listado del “Tercio de Cántabros” con el rol de sus cuatro
Compañías y dentro de cada una de ellas la nómina de los capitanes, tenientes,
subtenientes, sargentos, cabos y soldados. Allí en la Tercera Compañía
figuran como teniente don Francisco Maderna y sus hijos Ezequiel y Marcos Maderna como dependientes.
Luego
de estas líneas introductorias, digamos que don Francisco Justo Maderna ofrendó
su vida en aquel 5 de julio de 1807 durante los combates librados durante la
segunda invasión.
PLACA
- PATIO DE
|
En esa fecha, parte de las fuerzas británicas a las órdenes del general Crawford, cruzaron la zona sur de la capital por la actual calle Venezuela y llegaron hasta la esquina de Balcarce con intención de ocupar la plaza de Santo Domingo.
Del
relato del Coronel don Pedro Andrés García, quien se hallaba a cargo del
batallón de Cantabros y cuyos integrantes cubrían los alrededores del convento
de Santo Domingo, podemos resumir los momentos previos a la muerte de Maderna:
“...
el enemigo perdida toda esperanza de posesionarse de la plaza, forzó una puerta
auxiliar del convento y ocupó los claustros e iglesia, las alturas, bóvedas,
coro y torre, desde donde nos hacía un fuego dominante y cierto a cubierto de
los muros y aun parapetado de colchones y muebles en los pocos flancos que
podíamos descubrirle...”.
“El
batallón continuaba su activo fuego y con él obligaba al enemigo a no salir de
sus trincheras, pero siendo necesario o sufrir una pérdida lamentable o
abandonar un punto tan interesante, para evitar estos extremos se hacían
precisos nuevos auxilios, especialmente de artillería con que batir las puertas
del convento...”.
“En
este intermedio los enemigos nos propusieron tres señales de parlamento que
resultaron falsas, con cuyo arbitrio lograron en el primero, que salí a contestar,
matarme un soldado que estaba a mi lado
y la continuación de su fuego me obligó a retirarme”.
“Intentaron
con señales más expresivas de rendirse y entonces dieron muerte al teniente de
la tercera compañía don Francisco Maderna y a cuatro hombres más bajo el mismo
pérfido engaño...”
El
parte de los hechos acontecidos en esa memorable jornada que culminó con la
rendición del general Crawford, fue redactado por el Coronel García y enviado
al capitán general don Santiago de Liniers el 15 de julio de 1807. La copia
íntegra de este documento puede verse en “Historia
de la República Argentina” de
Vicente Fidel López, Tomo I pp. 690/693.
PLACA COLOCADA EN LA ENTRADA DE
LA IGLESIA DE SANTO DOMINGO
“GLORIA A LOS PATRICIOS MUERTOS
DURANTE LAS INVASIONES INGLESAS
EN
V – JULIO MDCCCVIII
DE INTREPIDO VALOR SUBLIME
EJEMPLO, BUSCAD SU TUMBA Y
HALLAREIS UN TEMPLO. A. D.
|
Los
fallecidos durante la contienda fueron enterrados en la Piedad, Santo Domingo, Recoleta,
La Merced, San Francisco, San Ignacio y otras iglesias del casco céntrico, según refiere el
cura de la Catedral porteña Dr. Julián
Segundo de Agüero en el libro de difuntos días después de los acontecimientos. En el patio de la casa parroquial de la iglesia de San Juan Bautista una placa reza que en ese lugar yacen los restos de los caídos en las
jornadas de 1806 y 1807, sin mencionar sus nombres..
"El teniente del batallón de Montañeses D. Francisco Maderna murió el 5 de julio de 1807 en el atrio de Santo Domingo" y fue sepultado en el convento de San Francisco (Ref.:Parroquia de San Nicolás de Bari, libro de Difuntos 2 folio 173).
Otra constancia que hallamos sobre su deceso se
encuentra en el Libro 3 de Difuntos de la Iglesia de Nuestra Señora de la
Concepción de Buenos Aires. En folio 28 vuelto del citado registro, el Dr. Juan
Dámaso Fonseca dejó anotado: “el día 17 de agosto de 1807 hizo la Hermandad
sus honras por el finado D. Francisco Maderna ”.
En
el año 1808, las autoridades de la ciudad impusieron su nombre a las actuales
calles porteñas Montevideo y su continuación Virrey Cevallos (actual barrio del
Congreso), subsistiendo esta designación hasta 1822.
Más
tarde, mediante Decreto Municipal Nº 209 del año 1945, se designó con su nombre
a una arteria del barrio de Pompeya, próxima a la Av. Sáenz , cuyo trayecto
nace en la Av. Perito
Moreno y finaliza en Abraham J. Luppi al 1.000, perdurando en la actualidad.
Poco es lo que se sabe de este hombre y de sus hijos
varones, los cuales por llevar nombres homónimos se los ha confundido, dando
motivo a interpretaciones erróneas.
En el trabajo “La Familia López
de Viveros – Lumbida”, publicado en la Revista GENEALOGIA Nº 30, marzo del
año 2000, con el Ingeniero D. Carlos Eduardo Fandiño, adelantamos algunos
pormenores de esta familia, luego corregidos y aumentados como resultado de nuevas investigaciones, cuyo saldo nos ha permitido además esclarecer
definitivamente la verdadera identidad del patriota y sus descendientes.
Don Francisco Justo Maderna era natural de Guarnizo, localidad del Ayuntamiento de El Astillero en el
partido judicial de Santander y en la provincia del mismo nombre, en la región
antaño conocida como Castilla la Vieja. Guarnizo dista unos 7,5 Km. de la
ciudad capital Santander y su existencia ya está acreditada en documentos del
año 857 referidos a la iglesia de Nuestra Señora de Muslera, período en el cual
sus habitantes vivían de la pesca, el marisqueo y la ganadería.
La población de Guarnizo se encuentra ubicada entre los términos municipales de Camargo, Villaescusa, Piélagos, Medio Cudeyo y Marina de Cudeyo. Se sitúa al sur de la bahía de Santander y está rodeada por las rías de Bóo, Astillero y Solía.
En Guarnizo se construyeron algunos barcos que participaron enla primera Armada Nacional , mandada por Bonifaz
Camargo, que en el año 1248, ayudó a la conquista de Sevilla. El Rey , agradecido, concedió el
privilegio a Cantabria de ostentar el navío rompiendo la cadena y la Torre del
oro, que hoy figuran en el escudo de Cantabria.
La población de Guarnizo se encuentra ubicada entre los términos municipales de Camargo, Villaescusa, Piélagos, Medio Cudeyo y Marina de Cudeyo. Se sitúa al sur de la bahía de Santander y está rodeada por las rías de Bóo, Astillero y Solía.
En Guarnizo se construyeron algunos barcos que participaron en
Las necesidades de galeones, en el siglo XVI, para defender el comercio con América, obligó al Rey Felipe II a aumentar la construcción naval, ordenando en 1581 instalar el astillero de Guarnizo, entre otras razones, por la abundancia de madera, su bajo costo, el calado de la ría de Solía y la protección y defensa que confería su situación al sur de una bahía de Santander. Es por lo tanto desde esta época, que la presencia de los astilleros ha determinado el carácter industrial de la zona.
Don Francisco Justo Maderna nació el 18 de julio de 1759 y fue bautizado al día siguiente en la Parroquia de Santa María de Muslera, situada en Guarnizo municipio cántabro de El Astillero, hijo legítimo de
Francisco Maderna y de Catalina Asqueta [Azcueta], residentes en ese lugar, nieto paterno de Damián Maderna y de Teresa Maderna y nieto materno de Francisco Azcueta y de Mariana Azcueta, vecinos de la villa de Figueras (Figueres), ciudad española ubicada al norte de la provincia de Gerona, Cataluña, datos obtenidos del acta del bautismo conservada en el Archivo Diocesano de Santander.
Copia y transcripción de la partida de bautismo de Francisco Justo Maderna |
Francisco
Justo
Maderna
|
En
diecinueve de julio de mil setecientos cincuenta y nueve, yo fray Francisco
de San Pablo cura en esta parroquia de
Santa María de Muslera, lugar de Guarnizo valle de Camargo obispado de Santander, bauticé solemnemente y puse los santos oleos, y crisma a Francisco
Justo, hijo legítimo de Francisco Maderna y de Catalina Maderna, residentes
en el Real Astillero de esta feligresía (nació dicho niño el día dieciocho de
dicho día mes
y año) fueron
sus abuelos paternos Damián [Damia]
Maderna y Teresa
Maderna; maternos Francisco
Asqueta [Azqueta] y Mariana Asqueta, vecinos de la villa de
Figueras Reino de
Cataluña obispado de
Gerona, fueron sus padrinos Francisco Banuet y
Teresa Banuet , residentes en
la ciudad de Santander, advertí a los padrinos el parentesco espiritual y lo
demás de su cargo, fueron testigos Tirso de la Serna y Francisco Salmon,
firmaron lo conmigo dicho cura los que
supieron dicho día mes y año ut supra.
Fray Francisco de San
Pablo
Francisco Antonio Salmon
|
Antigua fotografía de la Parroquia de Santa María de Muslera (gentileza Ricardo Vega Uslé) |
Vista actual de la Parroquia de Santa María de Muslera y de la Residencia de los Intendentes del Real Astillero de Guarnizo (Fotografía 02-10-2015 Ricardo Vega Uslé) |
Abundando sobre ellos respecto a sus identidades y origen, sus nombres completos responden a Francisco José Silvestre Madern, fue bautizado el 3 de noviembre de
1715 en la iglesia de Santa María del municipio de Agullana, provincia de
Gerona, era hijo de Damia Madern (sic) y de Teresa Madern. Su esposa Catharina Cecilia
María Francisca Asqueta fue bautizada el 19 de febrero de 1721 en la iglesia de los Santos Justo y Pastor sita en la ciudad vieja
de Barcelona, siendo hija de Francisco Asqueta
y de Mariana Asqueta y Serva o Serra.
Damia Madern nació por 1675, era hijo de Silvestre Madern, fallecido el 6 de julio de 1703 en Coustouges, Rousillón, Francia, y de María Brasi, ya difunta en 1724. Casó primero por 1700 con Teresa Madern, nacida en 1680 y muerta en 1719, padres de varios hijos bautizados en Macanet de Cabrenys, Agullana y Sant Cristóbal del Horts, pueblos de la provincia de Gerona, España, y Coustouges, localidad de los Pirineos Orientales perteneciente a Francia.
En segundas nupcias Damia Madern casó el 17 de enero de 1725 en Montalba-le-Château localidad y comuna francesa situada en el departamento de Pirineos Orientales, con Margarita Soler.
Como se puede ver el apellido Madern, castellanizado en Maderna, tiene su origen en la provincia de Gerona, Cataluña, España.
Iglesia Parroquial de Santa María (Agullana) |
Francisco Justo Maderna debe haber llegado a la ciudad de la Trinidad después de 1778, recién tomamos conocimiento de su persona cuando contrae matrimonio el 12 de mayo de
1785 en la parroquia de Nuestra Señora de la Concepción de Buenos Aires con doña
María Josefa Escobar, natural de Buenos Aires y criada en casa de doña Josefa
Tadea Saraví, esposa del catalán Juan de Ausio.
Es muy factible que doña María Josefa Escobar fuese hija
de algún pariente de doña Josefa Tadea Saraví. Esta última fue hija legítima de
Juan de la Rosa Saraví
y de Clara Rosa Benencia; nieta paterna de Antonio Saraví y de Isabel de Suárez
y sin duda nieta materna de Ignacio Benencia y de Bernarda de Burgos.
Doña Josefa Tadea Saraví hizo testamento recíproco con su
marido el 1º de septiembre de 1803 que luego anulan. Da su filiación y dice que
casó con Juan de Ausio en la Iglesia de Nuestra Señora de la Concepción, sin
dejar sucesión.
El tercer albacea es don Francisco Justo Maderna y en una
de las cláusulas figura que Juan de Ausio le deja a Francisco Benito y Ezequiel
Maderna 20 pesos a cada uno.
Don Francisco Justo Maderna y su mujer doña María Josefa
Escobar fueron padres de siete hijos conocidos: Francisco Benito, Juan
Francisco Ezequiel, Marcos José, Juana Josefa de Jesús, María Dorotea, José
Anacleto y José Policarpo Maderna.
Los tres primeros hijos varones son mencionados en la
matrícula de 1794, levantada a consecuencia del establecimiento de los alcaldes
de barrio y que fuera ordenada por disposición del Virrey don Nicolás de
Arredondo.
Don Salvador Escola fue designado alcalde del barrio Nº 12 y
ese mismo año procedió a registrar a los vecinos y habitantes de la jurisdicción
a su cargo perteneciente a la parroquia de San Nicolás. Comenzó el
empadronamiento por la calle homónima (hoy avenida Corrientes) y Monserrat
(actual Cerrito), arterias éstas que
junto a Santa Lucía (Sarmiento) y San Cosme y Damián (Carlos Pellegrini),
delimitaban la manzana primera que fuera
demolida por el año 1930 para la
construcción de la Plaza
de la República
y la apertura de la avenida 9 de Julio.
Después de anotar en el cuaderno proporcionado a los
ocupantes de la primera vivienda, el alcalde Escola pasó a la siguiente y dejó
constancia: “se halla una panadería perteneciente a don Francisco Maderna en
la segunda casa, natural de las Montañas de 34 años de edad, casado con doña
Josefa Escobar, natural de esta ciudad de 22 años. Tiene tres hijos llamados
Francisco de 7 años, Ezequiel de 6 años y Marcos de 2 años.”
Seguidamente menciona los nombres de once peones y cinco
esclavos, indicando sus oficios, estado, naturaleza y demás datos de acuerdo a
las instrucciones recibidas. También cita a dos mulatos presos, que se hallaban
a cargo de Maderna y pertenecían al convento de San Agustín.
Artesano panadero, en sus campos de la zona del Pilar sembraba
y cosechaba el trigo que molía con atahona propia para elaborar este alimento.
El 2 de abril de 1791 se le asigna lugar de abastecimiento y venta del pan
producido “junto a San Francisco”, hoy calle Moreno.
De los bienes adquiridos por don Francisco Justo Maderna
y su esposa, amén de otros que no pudimos aún determinar, podemos mencionar las
siguientes propiedades:
1).- Un terreno de 17 ½ varas de frente al Oeste por 70 de
fondo al Sur, lindero con la vivienda de doña Petrona Almirón, situado en la
traza de la ciudad, calle San Juan para el Sur, Barrio de la Concepción (calle Real
de la iglesia del Señor San Juan Bautista y Convento de las Reverendas Madres
Monjas Capuchinas). El 13 de marzo de 1787 solicita y obtiene del Gobernador
Intendente, licencia para construir dos cuartos y un zaguán, adjuntando el
plano de la obra.
Esta doble casa fue construida por Antonio López, poseía una elegante puerta de entrada con resabios clásicos. El chaflán de uno de los muros, a continuación del zaguán, se repite como en éste en otros muchos planos de la época.
El 4 de enero de 1804, da fianza a su hijo Francisco
Benito, por haber solicitado a don Antonio Pereyra Mariño, Administrador de
Tabacos de la villa de Luján, un estanco en el Puerto de Benavídez. En concepto
de garantía don Francisco Justo Maderna hipoteca la casa que tiene en el Barrio
de San Juan [sic], “tirando desde dicho Convento para el Sur, se compone de
un terreno de 22 ¼ [sic] varas de frente al Oeste y 70 varas de fondo,
con lo edificado y lo que edificaré en adelante, la cual linda, por el frente,
calle en medio, con don Santiago Saavedra, por el Este, con terreno de María
Flores, por el Norte, con sitio de doña Petrona Almirón, y por el Sur, con
sitio de Basilio Pesoa. Le pertenece por compra que hizo a doña Isabel de la Palma Lobatón , según
escritura otorgada por el Escribano don Pedro Núñez, el 9 de diciembre de 1784”.
Resulta evidente que este comercio también era ejercido por don Francisco Justo Maderna, pues en las “Tomas de Razón” de fecha 15 de marzo de 1805, se dice respecto a él: “fiel estanquero de Benavidez”.
La vivienda ofrecida en garantía, después de la muerte de don Francisco Justo Maderna, sería heredada por su su viuda doña María Josefa Escobar.
Resulta evidente que este comercio también era ejercido por don Francisco Justo Maderna, pues en las “Tomas de Razón” de fecha 15 de marzo de 1805, se dice respecto a él: “fiel estanquero de Benavidez”.
La vivienda ofrecida en garantía, después de la muerte de don Francisco Justo Maderna, sería heredada por su su viuda doña María Josefa Escobar.
2).- El 6 de agosto de 1808, con intervención del Escribano Público don Mariano García Echaburu, compra a doña Tomasa de
3).- Una suerte de estancia de 1500 varas con frente al
río de las Conchas, hoy Reconquista, y 9.000 varas de fondo hasta dar con
tierras de sobras de la cañada de Escobar, pertenecientes a los herederos de don
Manuel de Pinazo. Fracción adquirida en fecha 23 de diciembre de 1805 a los herederos de doña
Ursula Pérez Morán, viuda de don Martín Sampayo.
Sobre el origen de las tierras de
Martín Sampayo, el historiador Eduardo L. Munzón en su libro “Historia del
Partido de General Sarmiento”, pp. 66 y 67, refiere que después de la
muerte de doña Ursula Pérez Morán, sus herederos las vendieron en 1805 a Francisco Maderna,
casado en primeras nupcias con Josefa de Escobar. Dos años más tarde, producida
la muerte de Maderna, su viuda hereda la estancia acorde con las declaraciones
de su segundo esposo Juan Guillen y éste las vende el 27 de noviembre de 1810 a Isidro Cufré, luego
pasarían a manos del general don Angel Pacheco. Con el transcurso del tiempo se levantaría en este suelo el pueblo de Bella Vista.
Todas estas operaciones de compra y venta fueron
protocolizadas ante escribanos públicos y sus constancias pueden verse en los distintos
registros conservados en el Archivo General de la Nación y en el duplicado de
mensura Nº 1 de General Sarmiento, archivado en el Departamento de
Investigación Histórica y Cartográfica de la Dirección de Geodesia,
dependiente del Ministerio de Infraestructura, Vivienda y Servicios Públicos de
la Provincia
de Buenos Aires.
4).- Otra fracción de tierras en el rincón de Benavídez,
es comprada por don Francisco Justo Maderna el 3 de marzo de 1806 a don Pablo Ugarte. Su
frente de 800 varas daba a las barrancas del Paraná, por el Noroeste lindaba
con doña María Lucrecia Benavídez y al Sudeste con tierras en litis entre doña
Dionisia Chauri y don José Santos Sosa.
5).- Tres meses después, el 3 de junio de 1806, adquiere
a doña María Lucrecia Benavídez, otras 800 varas de tierras contiguas a las
anteriores. Lindaban por el Noroeste con tierras de don Antonio Medina y por el
Sudoeste, que era su fondo, con don Alejandro Parra.
Estas 1600 varas, con una casa en ruinas, son heredadas
por don Francisco Benito Maderna, quien el 15 de noviembre de 1850 las vende al
general Angel Pacheco.
6).- Una casa en Buenos Aires, barrio de San Miguel,
comprada el 17 de septiembre de 1806 en 3.000 pesos corrientes al presbítero don
Gregorio Tadeo Llanos, quien la había heredado de su madre doña Martina Viera.
Vivienda edificada en terreno que formaba esquina, compuesto de 19 3/4
varas de frente al Norte por 67 varas de fondo al Sur, lindaba por el frente,
calle Real de por medio, con don Francisco Beláustegui; por el Oeste, también
calle por medio, con el difunto don Domingo Cueva, por el Este con don Juan
Domingo Llanos y por su fondo con don Manuel Rosales.
Da. María Josefa Escobar, viuda, casó en segundas nupcias
el 24 de agosto de 1809 en la parroquia de Nuestra Señora de la Concepción, con
don Santiago Guillén, natural de Montevideo e hijo legítimo de Fernando Guillén
y de doña María Tadea Hornos. Los testigos del matrimonio fueron Juan Francisco
Ezequiel Maderna y su esposa María Ciriaca Moreno.
Este Santiago Guillén, a quien Apolant
en su “Génesis de la
Familia Uruguaya ” menciona con el apellido Villén, quizás
se trata del bautizado el 11 de junio de 1785 en la iglesia Matriz de
Montevideo, hijo de Fernando Guillén y de María Tadea Hornos, naturales de
Buenos Aires; nieto paterno de Francisco Guillén y de Da. Sebastiana de Yedra,
naturales de Jaén en Andalucía, y nieto materno de Pedro José de Hornos y
Fernández y de Dionisia López Camelo y Tapia, quienes aparecen en el Padrón de
Buenos Aires de 1778. Datos éstos que debemos al colega genealogista don Hernán
Carlos Lux-Wurm y al Padrón de Habitantes del Río de la Plata , de don Hugo Fernández
de Burzaco.
No hubo descendencia de este matrimonio y doña María
Josefa Escobar falleció el 14 de noviembre de 1823, “de 54 años de edad”,
siendo sepultada en el cementerio del Norte.
Había testado en Buenos Aires el 31 de agosto de 1822 por
hallarse gravemente enferma. No menciona a sus padres y sólo refiere ser
natural de la ciudad de Buenos Aires; pide que su cuerpo sea sepultado en el
cementerio de la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción , de donde es
feligresa, debiendo ser amortajado con el hábito de Nuestra Señora del Carmen,
de cuya hermandad es cofrade.
Declara que fue casada en primeras nupcias con don
Francisco Maderna de cuyo matrimonio le quedaron tres hijos que al presente
viven, llamados Francisco Benito, Francisco Ezequiel y Marcos Maderna.
Agreguemos que don Santiago Guillén,
viudo de doña María Josefa Escobar, casó por segunda vez el 19 de marzo de 1824
en la parroquia de San José de Flores, con doña Paula Maderna, natural de
Buenos Aires, siendo testigos de la ceremonia don Ezequiel Maderna y su mujer
doña Ciriaca Moreno.
En el expediente matrimonial confeccionado el 8 de marzo
de 1824, días antes de la boda, don Santiago Guillén acusa 40 años de edad,
mientras que la contrayente, doña Paula Maderna, manifiesta tener 28 años, ser
“huérfana y haberse criado en casa de la difunta esposa del pretendiente con
la estimación de una hija”.
Anteriormente citamos a los siete hijos habidos en el
primer matrimonio de doña María Josefa Escobar con don Francisco Justo Maderna,
nombraremos ahora a ellos en forma individual, con los datos que hemos podido
obtener.
H.
1.- Don
Francisco Benito Maderna, natural de
Buenos Aires y bautizado en la iglesia de San Nicolás de Bari. Nació por 1786,
probablemente el 24 de agosto de ese año, día de San Benito Abad.
Casó en
primeras nupcias el 16 de mayo de 1807 en la parroquia de Nuestra
Señora del Pilar, con doña María Mauricia Beliera, nacida hacia 1791 y confirmada el 13 de octubre de 1795 en Pilar, hija legítima del marino francés don Juan Beliera (Jean
Belier) y de doña Basilia Antonia Olivares y nieta materna del capitán Antonio de Olivares y de
María Josefa Luisa Moreno y Gil de la Rosa.
El
14 de agosto de 1810 lo encontramos
viviendo en Buenos Aires, en esa fecha, en
su condición de Teniente
Alcalde eleva a la Suprema Junta de Gobierno la nómina de
los habitantes residentes en
el cuartel Nº 14
a su cargo. En lo que a él respecta, fija su domicilio en la calle Ribas
de la manzana Nº
220, luego destruida para
la construcción de la avenida 9
de Julio (predio comprendido por las
actuales calles Bernardo de Irigoyen, Adolfo Alsina, Hipólito
Yrigoyen y Lima), se hallaba casado, contaba 24 años de
edad, su oficio panadero y poseía una pistola y un sable.
La
información sobre su familia se completa con su esposa doña Mauricia Beliera de
18 años y sus
hijos José Jorge de 2 años y
María Felipa de 11 meses. Contamos 18 criados, todos jóvenes y que no superaban los 30 años de edad. Otros 6
peones están empleados en la atención de
la atahona y en el reparto del pan.
En 1813 Francisco Benito, su mujer
y sus hijos Felipa de 4 años,
Gregoria de 2 y Juana Evangelista de pecho, son
censados en la
estancia que poseían en el
partido del Pilar, con 3 esclavos y 6 peones. Todos ellos son nombrados nuevamente en el Censo del Pilar de 1815.
Importante
hacendado de Benavídez, cuando su
jurisdicción pertenecía al partido del Pilar. En la estancia heredada
de su progenitor se hallaba el
oratorio o capilla de Nuestra Señora de la Concepción , de la cual
abundan testimonios de las ceremonias religiosas allí celebradas, en los
libros parroquiales de la iglesia de Nuestra Señora del Pilar.
Fue
uno de los firmantes de las notas
enviadas al Gobierno el 18 de
abril de 1818 y el 25 de
junio de 1819 solicitando la traslación de
la iglesia y el pueblo del Pilar, desde su antiguo lugar de asentamiento
en las márgenes del río Luján al sitio actual, cabecera y ciudad del partido.
Integró
las Milicias de la Campaña
de Buenos Aires, habiendo alcanzando el
grado de Capitán de la
Sexta Compañía del Segundo Escuadrón del Regimiento Nº 3 de
Caballería, por despacho de fecha 16 de
diciembre de 1819.
En 1831
solicitó en compra, 10.000 varas de
frente por 4.000 varas
de fondo, de tierras de bañado de propiedad pública en el partido del
Pilar, fracción lindera por el Oeste
con terrenos ocupados por
el general don José Pacheco, por el Norte con la Cañada de Escobar, por el
Sud con el arroyo de Las Tunas y por el Este con el río de Luján. Estas tierras
le fueron concedidas
en enfiteusis por el
Gobierno y años después le fueron
despojadas por el general Pacheco, según Maderna sin ninguna razón ni título
que justificara semejante
proceder.
Sus últimos
años los pasó
en su casa
del pueblo de San Fernando,
situada en la calle Pinto 35, entre Constitución y 11 de Septiembre (actual Teniente General
Juan Domingo Perón), frente al edificio
donde hoy se encuentra
la centenaria biblioteca Madero.
Este terreno tenía 9,61 m., de
frente al Sudeste por 28, 86 m ., de fondo y contaba con dos piezas
construidas de ladrillos asentados en
barro y techos de tejas; otra pieza
y una cocina con techo de zinc, un corredor, pozo
de balde con brocal de material y un excusado.
Además
de esta
vivienda poseía una chacra en San
Isidro y una cantidad de hacienda
vacuna, lanar y yeguariza en el partido del Pilar.
Francisco Benito Maderna y María Mauricia Beliera fueron
padres de 11 hijos.
N. 1.- José Jorge
N. 2.- María Felipa
N. 3.- María Gregoria
N. 4.- Juan
Evangelista
N. 5.- José
Dionisio
N. 6.- Rosendo
N. 7.- Vicente
N. 8.- María de las Nieves
N. 9.- José Tomás
N. 10.- Pedro
N. 11.- Ignacio
Doña María Mauricia Beliera, falleció a los “31 años de edad” y fue sepultada
el 3 de octubre de 1822 en el cementerio de la iglesia del Pilar.
Don Francisco Benito Maderna viudo, casó por segunda
vez el
28 de noviembre de 1823 en la parroquia del Pilar, con doña María Gracia
Beliera, sobrina carnal de
su primera esposa
e hija legítima de don Juan Tiburcio Beliera y de doña Catalina
Velázquez; nieta paterna de don Juan Beliera
y de doña Basilia Antonia Olivares y nieta materna de don Felipe Santiago
Velázquez y de doña Ana López Viveros.
El impedimento de afinidad en segundo y
tercero con cuarto grado que ligaba a la contrayente con su difunta
esposa, por ser ambas descendientes
de las hermanas Josefa y Petrona Moreno, dio lugar a
la confección de un expediente
matrimonial iniciado el 7 de octubre de 1823 en la parroquia del Pilar,
en el mismo don Francisco Benito Maderna solicitaba las dispensas del caso y
daba como motivo “el estado de orfandad
de su prometida después de muerto sus padres y
la necesidad de dar a nueve hijos pequeños
de su primera
unión, una madre que
los mire, repare y eduque, lo que es de esperar desempeñe en razón de ser su
prima y por el amor que les profesa”.
María Gracia Beliera y Francisco Benito Maderna |
Doña María Gracia Beliera murió el 22 de noviembre de
1865 y fue sepultada al día siguiente en el cementerio de la parroquia de San Isidro. Don Francisco Benito
Maderna, testó en Buenos y falleció de
vejez el 4 de agosto de 1871 a los “88
años de edad”, siendo sepultado dos días después
en San Isidro.
Francisco Benito y María Gracia procrearon 14 hijos.
N. 12.- Juan Francisco
N. 13.- José Antonio Abad
N. 14.- Juana Josefa del Corazón de Jesús
N. 15.- Josefa Eduvigis
N. 16.- Felipe
N. 17.- Bartolo
N. 18.- Fausto del Carmen
N. 19.- Micaela del Carmen
N. 20.- Juan Pablo
N. 21.- José Manuel
N. 22.- Juana Josefa
N. 23.- Manuel Desiderio
N. 24.- José Aquilino
N. 25.- Antonio Mauro
H. 2.-
Don Juan Francisco Ezequiel
Maderna, nacido hacia 1787 en Buenos
Aires, seguramente el 10 de abril, día
de San Ezequiel, según el Censo de
Buenos Aires de 1810 ordenado por la Primera Junta de Gobierno el 7 de agosto
de ese año, donde figura como Teniente Alcalde del Cuartel Nº 18 y realiza
el empadronamiento de los vecinos de ese barrio. Es nombrado a
continuación de la casa panadería de Beláustegui, situada en la calle de Lezica
(actual Bartolomé Mitre), de la manzana 152 (hoy comprendida
por las calles Bartolomé Mitre, Teniente
General Juan Domingo Perón, Libertad y Cerrito). Se lo señala como patricio, de
23 años de edad y posee como armas
propias; una carabina, un trabuco
y dos pares de pistolas.
También se menciona a su esposa doña María Ciriaca Moreno, patricia, de 22 años de edad, y a sus tres hijos, Francisco de 4 años, Leocadia de 3 y José de 7 meses.
Además tiene a
su cargo a Benita, huérfana (la
cual casaría luego el 19 de marzo de 1824 en San José de Flores, con el catalán
don José Barrera, hijo de don Pedro
Barrera y de doña Paula García,
todos naturales de Barcelona), 27
esclavos y 11 peones, los que son citados con sus respectivos nombres, edades y
oriundez.
El 1º de
abril de 1812, el Gobierno de entonces, con la firma de don Manuel de de Sarratea, don Feliciano
Antonio Chiclana, don Bernardino Rivadavia y don Nicolás Herrera, atendiendo a los méritos y servicios
confieren a don Francisco Ezequiel Maderna, el título de Capitán de Fusileros
de la Novena Compañía
del 2º
Tercio de la
Guardia Cívica.
Francisco Ezequiel Maderna -Despacho Capitán de la Guardia Cívica
Por este empleo
se le computaron 2 años y 7 meses de servicios y el 1º de diciembre de 1814, el Director Supremo de las
Provincias Unidas del Río de la Plata, don Gervasio Antonio Posadas, le concede
el cargo de Capitán de la Séptima Compañía de Granaderos del Segundo Tercio de la
Guardia Nacional de Infantería.
Su actividad
militar no le impedía atender sus
negocios, pues en 1813 demanda al
comerciante inglés don Tomás
Gowland por el cobro de una cantidad de
sacos de harina, siendo este último
detenido en la cárcel pública y
padeciendo el embargo de la mercadería
que es subastada para cancelar la deuda.
En 1815 se hallaba establecido en el pueblo de Flores. En
el censo de ese año acusa 34 años de edad y su ocupación es la de panadero. Su familia no es mencionada y
sólo se nombra al personal empleado a su
servicio; un capataz, un oficial, un peón, veinte negros esclavos naturales de
Guinea y otras personas agregadas.
En su ejercicio de panadero envía una nota al
Cabildo, solicitando se rebaje la
contribución de 243 pesos mensuales que se le ha impuesto, debido
a los escasos amasijos y al aumento del
alquiler que satisface por la casa. Además, dice: “a otros panaderos de mayores fondos y que trabajan
más en casas de su
propiedad se les ha asignado menor
cantidad”.
Meses después alquila la
casa panadería a don José Castillo y
un año más tarde es nombrado diputado de
panaderos.
En el Acuerdo
capitular del 3 de marzo de 1820 fue nombrado
“Alcalde de Hermandad
del Partido de San José de Flores” por
excusación de don José Agustín Ormaechea, prestando el juramento
respectivo.
En el convenio
reservado del 24 de junio de 1829, entre el Gobernador Provisorio de la Provincia de Buenos
Aires, general don Juan Lavalle y el Comandante General de la Campaña don Juan
Manuel de Rosas, figura como
suplente en el listado de los postulados
para la elección de Representantes de la Provincia.
Integró la Cámara de Representantes de Buenos Aires
durante el Primer Periodo Legislativo Constitucional, desde el 30 de abril de
1854 y el mismo día del año siguiente. Durante su gestión figuran entre los
componentes de dicho cuerpo, Barros Pazos, Billinghust, Drago, Escalada,
Elizalde, B. Mitre, E. Mitre, M. Obligado, Somellera, C. Tejedor, Vélez
Sarsfield, y otros personajes ilustres de nuestra historia.
Adquirió y vendió
varias propiedades en
la ciudad y
en la campaña, de ellas podemos mencionar:
El 16 de febrero de 1824, compra a don
José Cayetano Pico y a don Leonardo
Domingo de la Gándara ,
una casa en el pueblo de San José de Flores
la cual poseía una panadería. Los vendedores lo hacen como apoderados de doña Antolina
Visillac, viuda de don Francisco Moreno y sus dos hijos menores. La venta se
concreta en suma de 17.000 pesos.
Este
establecimiento, con todos sus útiles, destinado a la
elaboración y venta de pan,
Maderna lo mantenía arrendado desde el 1º de noviembre de 1822 y abonaba
mensualmente 84 pesos
en concepto de
alquiler.
Otra fracción de
17 ½ varas de frente al Norte y 70
varas de fondo al Sur, lindera por
su frente, calle de por medio,
con José Antonio Rodríguez, por el Sur, que es su fondo, y costado del Este,
con Gerónimo Martínez, y por el Oeste con el
comprador. Esta compra la
realiza en fecha
31 de marzo de 1824, abonando la
suma de 30 pesos a don
Antonio Millán como apoderado de los
Flores.
El historiador Lic. don Arnaldo Cunietti Ferrando, a quien
debemos el dato de esta última compra, refiere que el terreno adquirido por don Francisco Ezequiel Maderna lindaba
con otro de su
propiedad y de similares medidas, posiblemente el mencionado anteriormente, agregando que la
casa panadería ocupaba casi media
manzana sobre la actual avenida
Rivadavia, entre las calles Pedernera
y Varela del
barrio de Flores, y estaba
trabajada en su casi totalidad con esclavos negros.
Nuestro recordado colega, amigo y pariente don Hernán Lux-Wurm, en su trabajo “Los Visillac una ilustre familia Rioplatense”, nos aclara sobre la cantidad de esclavos que se hallaban al servicio de los panaderos y para ello transcribe dichos del viajero y acuarelista británico Vidal, Emeric Essex, que reproducimos: “Los panaderos de Buenos Aires tienen generalmente varios esclavos, por que no existiendo en el país molinos de viento ni de agua, a excepción de uno últimamente instalado por un inglés, tienen que moler la harina que emplean a mano y con la ayuda de mulas”.
El 16 de septiembre de 1831 ante el escribano Marcos Leonardo Agrelo, compró al Dr. Pedro Medrano (tío de Tomasa Medrano, la cual era madre de Luis María Saavedra) en representación de su hermana Toribia Medrano y Cabrera, unas tierras de chacra que abarcaban alrededor de 105 cuadras cuadradas de superficie, de 150 varas la cuadra, situadas en el Partido de San Isidro, abonando $ 6.200 moneda corriente.
Este terreno se hallaba en la costa de San Isidro, al sur del zanjeado de la casa de pulpería del comprador hasta el arroyo que denominan de Medrano.
Nuestro recordado colega, amigo y pariente don Hernán Lux-Wurm, en su trabajo “Los Visillac una ilustre familia Rioplatense”, nos aclara sobre la cantidad de esclavos que se hallaban al servicio de los panaderos y para ello transcribe dichos del viajero y acuarelista británico Vidal, Emeric Essex, que reproducimos: “Los panaderos de Buenos Aires tienen generalmente varios esclavos, por que no existiendo en el país molinos de viento ni de agua, a excepción de uno últimamente instalado por un inglés, tienen que moler la harina que emplean a mano y con la ayuda de mulas”.
El 16 de septiembre de 1831 ante el escribano Marcos Leonardo Agrelo, compró al Dr. Pedro Medrano (tío de Tomasa Medrano, la cual era madre de Luis María Saavedra) en representación de su hermana Toribia Medrano y Cabrera, unas tierras de chacra que abarcaban alrededor de 105 cuadras cuadradas de superficie, de 150 varas la cuadra, situadas en el Partido de San Isidro, abonando $ 6.200 moneda corriente.
Este terreno se hallaba en la costa de San Isidro, al sur del zanjeado de la casa de pulpería del comprador hasta el arroyo que denominan de Medrano.
Una estancia en
Marcos Paz, situado en la Cañada
de la Paja, Partido de la Matanza, comprado
a don Carlos Naón en 1834 y
escriturado el 12 de marzo de 1835, compuesto de 3.000 varas de frente
al arroyo Morales por 6.000
varas de fondo al río Matanza. Dos
años más tarde lo transfiere a don Gregorio Espinosa y a don
Domingo González.
Don Juan Francisco Ezequiel Maderna
casó el 6 de febrero de 1805 en la parroquia de Nuestra Señora de Monserrat,
con doña María Ciriaca Moreno, bautizada el 11 de agosto de 1788 de 3 días como hija de padres no conocidos (Monserrat, 2/409), hija natural de Petrona González de Arellano y de don Francisco Moreno.
Este último, no es otro que el andaluz natural de la villa de Utrera, de oficio
panadero, e hijo de Francisco Moreno y de Juana Sánchez.
Don Francisco Moreno casó en primeras nupcias con doña Isabel Gómez, de cuya unión nacieron cinco hijos que fallecieron siendo menores de edad. Viudo contrajo nuevo matrimonio con doña María Antolina Visillac, natural de Colonia del Sacramento, quien figura junto a sus padres en el Padrón del Real de San Carlos de 1783, censada con un año de edad, viuda que era de don José Antonio dela
Piedra e hija de don
Mateo Visillac y Ferrer, importante panadero, natural de
la villa de Inca, en la isla de Mallorca, y de Da. Mariana de Lara. Antolina y Francisco Moreno fueron padres de cuatro
hijos llamados Francisca, María Andrea,
Juana Antonia del Corazón de Jesús y Adolfo Francisco Moreno.
Don Francisco Moreno casó en primeras nupcias con doña Isabel Gómez, de cuya unión nacieron cinco hijos que fallecieron siendo menores de edad. Viudo contrajo nuevo matrimonio con doña María Antolina Visillac, natural de Colonia del Sacramento, quien figura junto a sus padres en el Padrón del Real de San Carlos de 1783, censada con un año de edad, viuda que era de don José Antonio de
El contenido de la cláusula número 12º del testamento de don
Francisco Moreno reafirma nuestra presunción respecto a que éste fue el
progenitor de doña María Ciriaca Moreno. En
esta disposición declara: “que tiene una hija natural, la cual educo y alimento
desde su infancia hasta que le dio estado de
matrimonio y cuando
lo contrajo le
compró una casa
que adornó con todos los muebles
necesarios hasta los de la cocina y todo útil, una esclava y una docena de
cubiertos, en todo lo cual invirtió
mas de cinco mil pesos y es
su voluntad que esto sea de la
propiedad de dicha que se
lo dio antes de casarse sin que sus
herederos puedan exigir cosa
alguna”.
Doña María Ciriaca Moreno de Maderna, casada
y de 60 años de edad, fue censada en 1855 en el cuartel 19 del barrio de
Monserrat, residiendo como inquilina en una vivienda de azotea de la calle Lima N º 21 con sus hijas
Ciriaca de 25 años de edad, Ruperta de 24 y Carmen de 19, las tres solteras y
de ocupación costureras.
Juan Francisco Ezequiel y María Ciriaca fueron padres de varios hijos, algunos con nombres repetidos y de distinta edad según las actas sacramentales, censos y documentos consultados.
N. 1.- Francisco Félix Cesáreo
N. 2.- María Leocadia del Carmen
N. 3.- Alejandro José
N. 4.- Ruperta Dolores
N. 5.- Gregoria Sebastiana
N. 6.- Vicenta Antonina
N. 7.- María Ciriaca Silveria
N. 7.- María Ciriaca Silveria
N. 8.- Benita Carlota
N. 9.- Carlota Ciriaca
N. 10- Ruperta de las Mercedes
N. 10- Ruperta de las Mercedes
N. 11.- Carlota Benigna
N. 12.- Felisa Gabina
N. 13.- María Carlota
N. 14.- Ciriaca
N. 15.- Miguel
N. 16.- Ruperta
N. 17.- Carmen
N. 14.- Ciriaca
N. 15.- Miguel
N. 16.- Ruperta
N. 17.- Carmen
H. 3.-
Don Marcos José Maderna,
nació el 25 de abril de 1792 y fue bautizado al día siguiente en la parroquia de Nuestra Señora de la Concepción. Ingresó
al Cuerpo de Cantabros como cadete y se graduó de Subteniente, firmando
su nombramiento el 8 de noviembre de 1808 don Santiago de Liniers.
Despacho de Subteniente |
Contrajo matrimonio
el 29 de mayo de 1810 en la
parroquia de Nuestra Señora de la Piedad, con doña Juana Petrona Vázquez,
bautizada el 1º de julio de 1793, de 7 días en Arrecifes, hija de don Tomás
José Vázquez y de doña
María Casimira Torres, quienes habían casado el
22 de diciembre de 1777 en Arrecifes; nieta paterna de don Lázaro
Vázquez y de doña Escolástica Tapia, desposados el 26 de enero de 1746 en San Antonio de Areco,
y nieta materna de don José Ignacio
Torres Maldonado y de doña Rosa Bazán Viera, casados estos últimos el 9 de
septiembre de 1761 en Arrecifes.
El 19 de septiembre de 1818 don Marcos Maderna, es testigo de la soltería
de José Antonio Lara, acusa 26 años
de edad y refiere estar casado y avecindado en el
partido de Arrecifes.
Doña Juana Petrona Vázquez fue sepultada el 2 de febrero de
1845 en Arrecifes y don Marcos
José Maderna el 12 de junio de 1863 en La Lomas, partido de San
Fernando, había fallecido el
día anterior “de
muerte natural a los 70 años de edad”.
De este matrimonio conocemos un único hijo llamado Francisco
Melitón del Corazón de Jesús Maderna, nacido el 10 de marzo de 1811 y bautizado al día siguiente en la parroquia de Monserrat, el cual ha dejado descendencia en el
partido de Arrecifes.
H.4.- Juana Josefa de Jesús Maderna, nacida el 27 de marzo de 1794 y bautizada al día siguiente en la parroquia de Nuestra Señora de la Concepción. Fallecida antes de 1822.
H.4.- Juana Josefa de Jesús Maderna, nacida el 27 de marzo de 1794 y bautizada al día siguiente en la parroquia de Nuestra Señora de la Concepción. Fallecida antes de 1822.
H. 5.-
María Dorotea Maderna, quien
nació después de 1794 y falleció el 9 de mayo de 1809 “joven”,
siendo sepultada con “entierro mayor y seis posas por ser
hermana de Animas” en la
parroquia de Nuestra Señora de la Concepción.
H. 6.- José
Anacleto Maderna, nacido y bautizado el 13 de julio de 1801 en la parroquia
de San Nicolás de Bari. Seguramente
fallecido antes de 1822, pues no es citado en el testamento de su progenitora.
H. 7.-
José Policarpo Maderna,
nacido el 26 de enero de 1806 y bautizado al día siguiente en la parroquia de
San Nicolás de Bari. En esta partida
su progenitor figura como Francisco Xavier Maderna. José Policarpo,
presumimos debe haber fallecido infante
o muy joven, pues no es mencionado por su madre en el testamento de 1822.
Agradecimiento:
A D. Ricardo Vega Uslé, por la gestión en localizar el acta de bautismo de Francisco Justo Maderna en el archivo de la Iglesia Catedral de Santander.
www.astillero-guarnizo.blogspot.com.ar/2015/11/francisco-justo-maderna-natural-de_14.html
Las descendencias de Francisco Benito, Juan Francisco Ezequiel y Marcos José Maderna, fueron tratadas hasta los bisnietos y son mencionadas en “Los Maderna”, trabajo de mi autoría publicado por el Centro de Estudios Genealógicos “Gens Nostra”, en el Libro 2 del año 2006.
Otra versión más ampliada fue publicada en Documentos, Historias y Genealogías del Virreinato por Estudios Histórico-Sociales de Buenos Aires en el mes de mayo de 2010.